A petición de los clientes, este ático fue reformado para convertirse en un espacio práctico y funcional que destacara por un interior lleno de modernidad. Con ese objetivo se diseñó un lugar para vivir entre semana donde los niños contaran con un tranquilo espacio para estudiar y donde destacara un núcleo central destinado a las comidas y cenas familiares. El blanco roto con el que se pintaron todas las paredes, combinado con las antigüedades empleadas para la decoración, dotan de una gran calidez al ambiente de este hogar.